Texto: Yurimia Boscán
La
declaración de la Red Americana de la universidades abiertas sostiene que una sociedad que no les da el valor
que tienen las personas de edad, está en proceso de anular los valores
individuales y universales e imposibilitar la convivencia, la armonía, la
fraternidad y la libertad… Sólo quien tiene proyectos, que vive y convive con
los demás, retarda sus enfermedades y vive a plenitud…
Henriette Adam tiene 86 años y es la presidenta de la
UNI 3, una universidad para los adultos mayores auspiciada por la Red de
Universidades Abiertas y la Unesco en Venezuela. Su edad no le impide andar por
allí sembrando sus ideales entre los jóvenes y los no tan jóvenes, porque en
ella convergen el ánimo y el espíritu de quien lleva puesto el traje de la
mesura y la voluntad, traje que no envejece porque reviste el alma de quien lo
porta.
Sus ojos azules son el estandarte de la esperanza de
quienes deben luchar contra una sociedad que cree que el mundo declina cuando
se cumplen 60.
Heredera cósmica de la Utopía, Henriette sabe que no
se aprende para vivir sino que se vive para aprender, por eso su empeño en
abrir una ventana para que muchos
adultos mayores recuperen el valor social, cultural y moral que la injusticia
les ha arrebatado.
Sus premisas sostienen que trabajar y aprender son
terapias efectivas para conservar la memoria y estimular la creatividad, porque
la edad puede ser dichosa si reaprendemos a vivir y superamos los desafíos con
ánimo…
Henriette va y viene de sus montañas de Carrizal,
como ventolera llega a Caracas y enamora a quien la escucha lanzar al viento
sus convicciones:
- Toda persona a cualquier edad debe poder cultivarse si así lo desea, escribir si así lo desea. Cocinar si así lo desea, soñar si así lo desea…
- La educación permanente sustenta el concepto de educabilidad como condición inherente al ser humano a través de toda su existencia
- La sociedad ideal posible integra la función educativa en la dinámica de sus estructuras económicas, sociales y culturales, asegurando la participación de todos en la construcción de un mundo que consagra el derecho a mejorar la calidad de vida en libertad
- Nadie envejece de alma cuando el tiempo que le sostiene crece en los sueños que se avizoran como promesas…
La clandestinidad en los años siguientes a la
dictadura y la atención de los hijos pequeños, no merman las ganas de Henriette
de seguir preparándose, llevando adelante el pensamiento andragógico que
impulsara su hermano Félix desde la Universidad Nacional Experimental Simón
Rodríguez
Con la Andragogía como vertiente filosófica de su
formación, Henriette irá dando forma a ese hermoso proyecto que cristaliza,
hace más de una década, en la llamada Uni-3.
En la actualidad,
Henriette hace de la Uni-3 un propósito de vida; sin embargo, los
antecedentes de esta iniciativa datan de
1972 con la creación de la primera universidad de la tercera edad en Toulouse,
Francia
Contagiada con ese espíritu de lucidez, Europa ve
nacer instituciones similares y en 1975 se funda la Asociación Internacional de
Universidades de la Tercera Edad.
Ese mismo año, en Suiza, se crea la UNI-3 de Ginebra,
cuya obra se proyectará años más tarde en América Latina, a través del
testimonio de educadores uruguayos, quienes conocen los programas, métodos y
criterios de la institución y lo traen a nuestra región.
En 1986 nace en Uruguay la primera UNI-3 de
Latinoamérica, iniciativa que pronto se extiende a Bolivia, Argentina, Paraguay
y Brasil.
Mucha agua ha corrido desde entonces y muchos son los
países se han sumado al vuelo alto de la UNI-3.
La antorcha de la luminosa idea sigue brillando
intacta en el corazón de Henriette, quien en el año 2010 organizó exitosamente
el encuentro internacional de estas universidades en nuestro país, el cual se
llevó a cabo en San Antonio de Los Altos…
Para Henriette hay que eliminar la concepción de
“viejismo” y dejar de ver a las personas mayores como seres incapaces…
Recuerda
que la edad es un aspecto de valor cronológico, pero jamás será un indicador de
facultades o capacidades
Toda
persona, cualquiera que sea su edad, quiere ser amada por lo que es y por lo
que puede ser…
Tener
años no es sinónimo de enfermedades ni de inutilidad…es la sabia experiencia
acumulada que nutre y educa a las generaciones que vienen atrás…
- Educación para el pan
- Educación para la salud
- Educación para el conocimiento
y la
sabiduría
- Educación para el amor
- Educación para la cultura
- Educación para paz
- Educación para la felicidad
- Educación para la libertad…
Dice Henriette que la gente mayor se jubila del
trabajo, pero no de la vida; que hay que recuperar el derecho a decir, y que si
la vida es acción, estamos obligados a vivir, a decir y a “hacer”
Despedimos este programa, dedicado a Henriette Adam,
no sin antes recordar que su pelo blanco, su tez clara, sus azulísimos ojos, su
carácter afable y sencillo, su impresionante lucidez, su sabiduría llena de
ancestros y bebedizos, de plantas
que curan el alma y sanan el cuerpo, de comidas que complacen exigentes
paladares, hablan en superlativo de esta mujer de vanguardia que sube y baja por la vida a sus anchas
porque se sabe de paso en su mandato universal…
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