Texto: Yurimia Boscán
Estoy accidentado entre mis brazos.
Somos una calle
por donde pasó un agua que no vuelve.
Toda puerta es el ala de un pájaro herido,
el ejercicio del adiós…
Carlos Angulo
La ciudad de Los Teques fue la casa grande de Millie
Zurita, casa que anduvo a su antojo taconeando de un lado a otro para
retratarla con sus ojos profundos, hurgando entre sus habitantes para sacar de
ellos, aquellas historias que resaltaran el lado más humano de cada
protagonista.
Y es que recordar a Millie es festejar su sonrisa
anclada en un rostro que chispeaba luz, es celebrar las palabras que brotaban
de su ágil pluma, es cantar a dúo con
la solidaridad y el compañerismo en cualquier lugar…
Teclear
y teclear como signo de vida
Teclear
y teclear como signo de amor
Teclear
y teclear buscando la justicia
Teclear
y teclear buscando la verdad
Tecla
y mirada limpia
Tecla
y sonrisa, tecla y noticia, tecla y afán
Millie Zurita, corazón y palabras, la de ojos
profundo color de los pozos
Millie Zurita fue una aguerrida periodista que se
destacó en todas las fuentes que debió cubrir en su día a día, respetando con
celo la información que hacía llegar a las manos de un público que admiraba su
verbo certero apegado a la verdad…
Impulsó la Cámara de Pequeños y Medianos Empresarios
del Estado Miranda, hizo brillar el periodismo con su impecable trabajo como
jefe de Información de un diario local, y
dejó su sello personal en los numerosos reportajes que hiciera a los más
destacados valores de la comunidad tequeña, en un hermoso gesto de
reconocimiento público a aquellos seres cuya obra y trayectoria se diluía en el
devenir ingrato de la vida
Desde muy joven, Millie descubrió que se sentía
inmensamente atraída por las artes, poniendo de manifiesto una sensibilidad
como pocas que la unió para siempre a artistas como Edgar Corrales, su amigo
incondicional, quien como tributo a su belleza, erigió una hermosa escultura
que adorna los predios de la plaza Bolívar de Los Teques, y cuyo nombre se
adelantaría en años, a esa condición que Millie descubriría con la llegada de
sus hijos: La madre
De hermosa voz, de extraordinario oído musical, enamorada de la poesía y la plástica, Millie cultiva la amistad y la palabra tejiendo una red infinita de afectos entre quienes compartieron sus años mozos rebosantes de talento…
Los nombres de los amigos de la vida florecerían en sus labios hasta el
final de sus días, como una enumeración caótica, como letanía repetible
destinada a atrapar la posibilidad de verlos una vez más…
Pero sus eternos amigos, los irreverentes a los que
tanto quiso Millie, y que tanto la quisieron, debieron conformarse con elevar
plegarias y agitar pañuelos blancos para decirle adiós…
Pocas personas han puesto tanto empeño en armar su propio rompecabezas familiar. Para Millie
la premisa más importante era ser feliz
y poder levantar un hogar como el que había tenido y compartido con sus hermanas
y hermano.
Su mamá Josefina fue para ella el lucero silencioso
que la guió en el mapa de su vida, marcando con solidaridad el nudo amoroso en
la crianza de los hijos…
Josefina fue la madre a tiempo completo, la que
Millie recordaba como sinónimo de comida tibia, de tareas escolares, de
cataplasmas y guarapos… fue el modelo de
camino que Millie nunca dejó de abonar, con su mano atenta para extenderla a
quien la necesitase.
Sus
hijos César, Francisco y Daniel fueron para Millie la baranda que la sostuvo en
la adversidad…Por ellos luchó a brazo tendido contra una terrible enfermedad,
esperanzada en que el amor profundo que les tenía, ganara la desigual batalla…
Su temprana partida dejó a sus niños, a su familia y
a sus amigos, haciéndose preguntas y buscando respuestas… mientras llegan algún
día, su ausencia destila flores de “nomeolvides” para llevarla prendida en el
corazón…
Cada tarde, cuando el tiempo de la vida permitía el
compartir cercano, Millie enumeraba las hazañas de sus tres varones: las
gracias y progresos del pequeño Daniel, y el talento musical de sus dos hijos
mayores, quienes sorprendieron a propios y extraños con la ejecución del cuatro
y la guitarra, rasgando melodías para hacerle marco a la dulce voz de su madre
entonando la trova cubana.
Millie nació un 7 de mayo en la mitad de la década del 60, en medio de
un tiempo que hablaba de cambios y revolucionaba a la sociedad…Tal vez de allí
su espíritu libre, sus fuertes convicciones y sus ideales por un mundo mejor…
En cada lugar donde trabajó, dejo la estela de su
magia y su carisma…Millie era calma y tempestad; era arrullo y voz de mando;
tierna, pero implacable con la injusticia…Millie era una soñadora que buscó el
amor hasta encontrarlo, hasta bebérselo a grandes sorbos, hasta desmenuzarlo en
la entrega última para dejarlo ir…
Los astros vuelven con su cola
a trastocar la costumbre.
y promesas lastimeras.
Eros y Psique se arrasan
en una vorágine terrible de cuentas por pagar.
Cada uno debe al otro.
A la hora de cobrar, de nada sirven gritos
y
silencios.
¡Hágase la luz!
y se derramó la esperma.
As de espada y Marte copulando…
Runas hechas deslave,
marea roja,
borrasca…
Millie Zurita partió a otras esferas la mañana del 20
de noviembre de 2011… Ahora sólo el viento puede tocarla y traerla hasta
nosotros con todo su frescor, y aunque
su partida fue temprana, nadie puede dudar que Millie nos dejó… su corazón y
palabras…
Simplemente hermoso!.....
ResponderEliminarGracias Yuri. Carleth.
ResponderEliminarMe he enterado recientemente de esta desgraciada noticia. Compartí con ella en el Diario La Región un tiempo feliz. La redacción éramos dos muchachos, ella seria, ponderada y rigurosa, y yo reportero de lo sensacional, sin demasiadas tintas. Le perdí la pista cuando dejé de trabajar en Los Teques, pero la recuerdo siempre alerta y siempre amable. Que descanses en paz, Millie.
ResponderEliminarArmando J. Pernía
Me he enterado recientemente de esta desgraciada noticia. Compartí con ella en el Diario La Región un tiempo feliz. La redacción éramos dos muchachos, ella seria, ponderada y rigurosa, y yo reportero de lo sensacional, sin demasiadas tintas. Le perdí la pista cuando dejé de trabajar en Los Teques, pero la recuerdo siempre alerta y siempre amable. Que descanses en paz, Millie.
ResponderEliminarArmando J. Pernía
Yo solo dire que fue un honor ser parte del grupo de enfermeras que te cuido mientras estuviste recibiendo cuidados médicos. que a pesar de toda circunstancia la sonrisa siempre estuvo presente y que ese valor esa fuerza y valentía nunca dejo de ser parte de tu vida. Tu familia un amor completo y entregado a ti y eso solo dice lo grande que fuiste y seras siempre para ellos. Gracias doy a Dios por haber permitido conocer ese grandioso ser humano que fue Millie Zurita. Descansa en paz.
ResponderEliminarAmiga siempre, jefa de temple y perfección. Qué de momentos de crecimiento juntas nunca olvido tus orientaciones, tu risa y esa taconeo en nuestro diario. Hasta siempre amiga mia.
ResponderEliminarLamento profundamente la partida temprana de Millie. La conocí como Jefa de Información del Diario Avance, en el que laboré como reportero hace más de diez años. Mujer de ideas claras y verbo preciso, guía de varios nóveles periodistas que supo mantener la armonía de su equipo de trabajo, sin altos reproches ni conflictos vacios. Me alejé por un tiempo del quehacer noticioso de Los Teques y en el inmenso universo de datos que transita por Internet me he topado con este texto cargado de amor y de nostálgica despedida. Feliz viaje Millie.
ResponderEliminarHace un par de semana estaba limpiando una gaveta y tenía un sobre con papeles viejos y tarjetas de presentación de hace muchos años, entre esas tarjetas tengo la de Millie Zurita de los tiempos cuando era la encargada de prensa de Fedeindustria. La conocí en el 92 cuando el congreso de Fedeindustria tuvo lugar en San Cristóbal y yo estaba a punto de terminar la universidad y me mantuve en contacto con ella por cierto tiempo luego de que me gradué y comencé a trabajar como reportero. Me dió muchos consejos y me puso al tanto de cómo eran las cosas en las redacciones, Siempre pensé que fue una persona con una gran calidad humana. La semana pasada me dió por deshacerme papeles viejos y encontré su tarjeta. Anoche me puse a buscar en Google a gente que conocía en Venezuela, y recordé a Millie y me encontré con este blog. Veintitrés años mas tarde y en otro continente aún la recuerdo, con su risa contagiosa y su personalidad calida y energética. Millie, donde quiera que te encuentres espero que estés en paz y rodeada de luz, tu recuerdo forma parte de mis recuerdos como periodista en Caracas.
ResponderEliminarJosé Figueredo
Montreal, Canadá
Querida Millie, compañera de estudios desde el kinder y vecinas por parte de su abuela Ana que muchas risas llevo a mi casa, recuerdos bonitos desde la niñez hasta encontrarnos en los pasillos de la universidad, me dolio mucho saber que te nos adelantastes y donde quieras que estes, deseo mucha luz para ti.
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